Bien, pues al final he podido pasar una tarde inolvidable en el Monumental de River Plate con unas entradas excelentes que nos permitieron presenciar el Clásico prácticamente en el centro y el la fila 9, es decir, que tuvimos una ubicación formidable en un espectáculo que, al margen del choque se vive ya desde hace días en la Ciudad de Buenos Aires, con gran intensidad ya desde horas antes del partido (el encuentro se ha disputado a las 16:00h y las puertas del estadio se abrieron a las 12:00h), y con una tensión bárbara una vez comenzó a rodar la pelota.
Del partido en sí no voy a contaros nada porque, reconociendo que sobre la cancha había grandes futbolistas, me sigue gustando más la velocidad y la fricción de las ligas europeas y podéis consultar muchas fuentes que os informarán con todo lujo de detalles (Os recomiendo el Diario Clarín) , me hubiera encantado contactar con Valencia e intervenir en directo en Rádio Nou pero fue absolutamente imposible la comunicación telefónica a pesar de la implantación en Argentina de Movistar.
Pero… eso sí, tengo que dar la razón rotundamente a aquellos que dicen que un superclásico argentino es distinto a todo, el espectáculos de las gradas y el intercambio de cánticos de las aficiones de River y Boca son un canto al ingenio y una prueba de esfuerzo de 65.000 gargantas rindiendo al máximo durante horas. Definitivamente… inolvidable.
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