miércoles, agosto 31, 2011

Rou , mi villano favorito


Ante el calentamiento global que se ha producido en nuestro microplaneta fútbol en las últimas fechas con Jaume Roures en el papel de ‘Gru, mi villano favorito’ me afloran algunas reflexiones que, a sabiendas de que me granjearán algunas cornadas por parte de algunos compañeros, no puedo guardarme.
No conozco las formas ni los tiempos con los que la LFP y/o MEDIAPRO se ha dirigido a las empresas radiofónicas y algo me hace sospechar que no han sido los más idóneos cuando se trata de poner precio a algo que, tradicionalmente, nunca lo tuvo en un momento crítico sobre todo para las pequeñas emisoras locales. Pero con independencia de este detalle, que no me parece menor, también advierto toneladas de demagogia por parte de mis compañeros. Apelar al matrimonio histórico fútbol-radio sirve para incidir directísimamente en la fibra sensible de todos los que adoramos la radio deportiva y de los que, como es mi caso, hemos vivido muchos años de ella pero en absoluto puede desviarnos de una realidad difícil de cuestionar. Dos apuntes: 1- lo que MEDIAPRO reclama lo recogen los contratos que todos los Clubes LIBREMENTE firmaron, es decir que los propietarios del circo son los que ceden a un tercero la posibilidad de explotar los derechos radiofónicos igual que cedieron los derechos televisivos con la diferencia que cuando llega una televisión sin derechos a la puerta de un estadio y no se le permite entrar no hay nadie que se solidarice. Y… 2- Sólo hace falta escuchar un minuto de cualquier múltiplex dominical: Tiempo de Juego, Carrusel, Radioestadio, Marcador etc, yo soy adicto, para comprobar que la información va salpicada por un sinfín de cuñas y patrocinios que obviamente no son gratuitos y parece lógico que aquel que monta y mantiene el espectáculo perciba algún porcentaje de dicho negocio como lo percibe de televisiones o quinielas.
Necesario es que se sienten y arreglen esto porque es cierto que en España no entendemos el fútbol sin radio pero para llegar a un punto de encuentro será preciso que los unos de despojen de la prepotencia y los otros de la demagogia. Porque si no es de recibo clavar la puya sin anestesia ni aviso previo al estilo SGAE no lo es tampoco que ciertos comunicadores apelen a la ‘magia de la radio’ para obtener gratuitamente la materia prima para su negocio.
Ni tienen derecho los unos a impedir la entrada a la radio a una rueda de prensa ni creo que se estaría cuestionando con tanto afán el valor de nuestra liga (#ligademierda) de no haber aparecido el asunto del canon radiofónico.