Cambio en el discurso de Quique Sánchez Flores

Me ha gustado la rueda de prensa de Quique Sánchez Flores como me gustó la que protagonizó en la sala de prensa de la Romareda el sábado y como me gustó su nuevo discurso en la entrevista concedida ayer noche a Canal 9. El técnico valencianista ha hecho gala de un talante autocrítico que hasta hace bien poco escondía con celo. Aseguraba Quique que “En este tiempo hemos hablado de muchas cosas, más allá de la mala suerte que hemos sufrido. En alguna ocasión hemos reconocido que también nos hemos equivocado, en dar con la tecla, en los cambios, en los equipos, y lo cierto es que no hemos dado buenas sensaciones en algún que otro partido aunque también es verdad que nos faltan puntos donde fuimos mejores que el contrario. Recuperar jugadores que nos da estilo, ganamos equilibrio. En estos tres partidos últimos nos han marcado pocos goles y también nos han chutado menos”.
Con este cambio de discurso gana el Valencia y gana su cuerpo técnico en credibilidad. No hay mejor manera para encontrar soluciones que asumir los posibles errores y este cambio radical en el discurso de QSF no solo lo humaniza sino que le puede servir a él mismo para acercarse a ciertos sectores de la afición de los que se distanció por su antipopular mensaje exculpatorio.
Ojalá sirva esta evolución en el mensaje del cuerpo técnico valencianista y los cambios no publicitados pero sí realizados concernientes a entrenamientos matutinos al volver de largos viajes o la concesión de algún día de descanso más de lo que venía siendo habitual con el fin de no sobrecastigar a un vestuario asolado por las lesiones para que el barco mantenga el rumbo recién adquirido de las victorias.
Lástima que la asunción de determinados errores escenificada por el técnico valencianista deje en evidencia al corifeo de palmeros que desde periódicos, radios, televisiones y púlpitos de todo tipo presentaban como argumento único para explicar la mala racha del equipo el hecho de tener la enfermería repleta de lesionados. Excepto algunos que lo hacen por lealtad a su amigo entrenador, circunstancia totalmente respetable, son muchos que se han convertido en defensores de Quique más como arma arrojadiza contra el presidente y Amedeo Carboni que por fe en el entrenador. Si cambiasen las circunstancias no dudarían ni un instante en crucificar a Quique y a quien se ponga por delante.